PEDRO FRIEDEBERG

Me levanto a la primera hora de medio día y, después de darle agua a mis pirañas, desayuno las cosas de Corintio. Más tarde tomó parte de un lunch iónico seguido por una siesta Dórica. Los martes, dibujo una o dos volutas y tal vez un frontón, si estoy de humor. Los miércoles son para la anti-meditación. Los jueves usualmente me relajo mientras que los viernes escribo autobiografías” – Pedro Friedeberg
– Pedro Friedeberg
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Su pieza más conocida es la “Mano-Silla”, una escultura/silla diseñada para que la gente se siente en su palma, utilizando los dedos como respaldo y soporte para los brazos. Friedeberg comenzó a estudiar la carrera de arquitectura, pero no completó sus estudios, ya que comenzó a dibujar diseños en contra de las formas convencionales de la década de los 50s, e incluso otros completamente implausibles, tales como casas con techos de alcachofa. Sin embargo, su trabajo llamó la atención del artista Mathias Goeritz, el cual lo animó a perseguir una carrera como artista. Friedeberg se convirtió en parte de un grupo de artistas surrealistas en México, el cual incluía a Leonora Carrington y Alice Rahon, quienes eran irreverentes, y rechazaban todo el arte social y político que dominaba en ese momento. Friedeberg ha mantenido su reputación, como un excéntrico, y ha declarado que el arte ya está muerto porque no se está produciendo nada nuevo.

Friedeberg pertenece a un grupo de artistas surrealistas del siglo 20, que en México incluyen a Gunther Gerzso, Mathias Goeritz, Alice Rahon, Kati Horna, Leonora Carrington, Remedios Varo y Paul Antragne, quienes han sido agrupados bajo el nombre de Los Hartos. Ellos eran originales, excéntricos, irreverentes e iconoclastas. Sus técnicas no han cambiado desde el inicio y los temas han cambiado un poco solamente, ya que incluyen actualmente fantásticos híbridos de animales en algunas de sus obras. Él ha criticado al arte moderno diciendo “El arte murió, después del surrealismo, no hay nada nuevo. Dice que la gente ha perdido el gusto por la ironía, el sarcasmo y el absurdo.

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